Mujeres y museos (I): ¿Dónde han estado las mujeres artistas? | Inés de Hueso

Por Inés de Hueso - junio 02, 2018



"Una mujer no tiene lugar como artista hasta que prueba una y otra vez que no será eliminada" Louise Bourgeois (artista y escultora)


Al final de la década de los ochenta, las Guerrilla Girls, un grupo de activistas feministas y antirracistas, denunciaban por medio de affiches la poca presencia de mujeres artistas en el Metropolitan Museum of Art (MET), con respecto a la aparición de desnudos femeninos en las obras del mismo museo. Este cartel podría reflejarse en cualquiera de los grandes museos del mundo, considerando las estadísticas, no muy cuantiosas, que tenemos en este aspecto.

 El National Museum of Women in the Arts (NMWA), uno de los museos más importantes del mundo en cuanto a arte realizado por mujeres se refiere, recoge en un apartado de su página web, hechos relativos a la presencia de las mujeres en el ámbito del arte.

Hechos tales como que el trabajo de mujeres artistas representa solamente entre un 3-5% de las colecciones permanentes de EEUU y Europa, y un 34% en los museos estatales de Australia. Que tres de los grandes museos de arte a nivel mundial como lo son el British Museum, el MET o el Louvre de París, nunca han tenido directoras mujeres. En el caso español, los grandes museos se reservan también sus grandes puestos; tan sólo el Reina Sofía ha tenido directoras mujeres (si bien es cierto que mujeres dirigen otras áreas de menor responsabilidad o museos de tallas medianas).

 El hecho es claro. La presencia de las mujeres trasciende la reflexión de artista como productora y su representación.
“Lo verdaderamente transgresor no es conformarse con estar representadas y visibles, lo transgresor es atreverse a transgredir la herencia cultural”.

Una herencia cultural que ha sido vilipendiada a lo largo de los siglos por instituciones y personajes que menospreciaron el trabajo de las mujeres hasta hacerlo pedazos, hasta hacerlo desaparecer. En todos los contextos históricos han existido excusas para invisibilizar mujeres; si en el siglo XIX los varones blancos y burgueses consideraban a sus mujeres meros objetos, en el siglo XX los mayores éxitos de las mujeres culminaban cuando ellas se "llegaban a parecer a hombres". 

Esta herencia ha sido recuperada a trozos, mal o tarde, haciendo que, a día de hoy, fuera de los círculos de historiadores, no tengamos referencias de grandes ejemplos de mujeres artistas, menos aún que hayan conseguido éxito por medio de su trabajo artístico y no por la dramatización de su biografía. Esta falta de referencias, por otro lado, no quiere decir que estas mujeres no hayan existido o que no tuvieran reconocimiento, sino que la historia las ha condenado al olvido.
De hecho, los movimientos para la representación del arte en los museos, ya fuera mediante las Guerrilla Girls o por otros movimientos como la segunda ola del feminismo, han dado resultados más que sorprendentes, pero para nada inesperados. En el libro “el protagonismo de las mujeres en los museos”, Asunción Bernárdez Rodal nos habla en uno de los capítulos introductorios sobre este tema precisamente, y pone sobre la mesa soluciones que hoy vemos a la vista de todos.

Desde la mirada con una perspectiva de género de los fondos de mujeres, hasta la apertura de museos de todas las índoles dedicados al trabajo de las mujeres, museos dedicados al arte creado por las mujeres con ejemplos tales como el NMWA, el Fem Art Museum de Amsterdam o el Museo de Artistas Mexicanas, por no hablar de todas las colecciones privadas que ya contarán con grandes y completas remesas de artistas entre sus filas. O iniciativas tales como la del NMWA, que en 2017 planteó el reto “Can you name #5WomenArtists?” donde más de 520 organismos nacionales e internacionales, además de 11.000 individuales se unieron a esta campaña para difundir la obra de mujeres artistas. 

Si es un hecho que las obras de arte han existido, si es otro que los movimientos de empoderamiento han sacado a la luz cantidades ingentes de obras, la pregunta es: ¿dónde han estado todo este tiempo las mujeres artistas?

Pues habría que buscar en los fondos pictóricos de los grandes museos para dar con respuestas. Detrás de las firmas de quienes se apropiaron de sus obras, detrás de nombres masculinos, o de generaciones de artistas de las que no encontramos datos porque la historia se ha encargado de hacerlos desaparecer.

Pues, si bien las iniciativas de las Guerrilla Girls tocaron las conciencias de los museos, los cambios ya venían de antes. Concretamente, la segunda ola del feminismo fue de vital ayuda a la hora de configurar nuevas perspectivas de los museos y su contenido.
Su sentido pionero puede ser criticado en tanto a su inclusión de ciertos sectores de mujeres, pero sentó las bases para movimientos artísticos de alto contenido político que buscaban responder al imperialismo que rezumaban entonces EEUU y Reino Unido. Y fueron tan importantes que trascendieron las barreras geográficas hasta llegar a nuestro país, aunque la política post-franquista ocultó todas sus figuras hasta 20 años más tarde.

Las mujeres representamos según estadísticas elaboradas por la asociación “Mujeres en las artes visuales” (MAV) de 2012, más de un 50% de las visitas de los museos de arte en España, y sin embargo, representan, según las mismas estadísticas, un 13% de las colecciones de los museos españoles.
Esto resulta revelador, porque significa que no hay falta de interés por parte de las mujeres (de hecho, las mujeres graduadas en Historia del Arte suponen un 74%) sino que se encuentran con barreras y necesidades que suplir. Una necesidad de que ocupar puestos visibles, puestos de poder, una necesidad de que la maternidad no determine su futuro laboral, y sobre todo, necesitan un empuje por parte de sus compañeras, al igual que los ánimos que diera el activismo de nuestras predecesoras a crear un arte más político, más comprometido; una contracultura que sirva no solamente para colocarnos en las galerías de arte, sino para otorgarnos los reconocimientos siendo conscientes de que "nuestra carrera profesional puede repuntar cumplidos los ochenta años" como decían las Guerrilla Girls.  


Inés de Hueso nació el 28 de marzo de 1998 en Cuenca. Actualmente vive en Toledo, aunque recientemente estudiaba Historia del Arte en la Universidad de Salamanca. Escribe desde que tiene uso de razón, y empezó a interesarse por la Historia del Arte cuando comenzó el Bachillerato de Humanidades. Escribe sobre el tema en "Arte en los huesos", y aquí, para dar una perspectiva feminista del panorama artístico.

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