Juana Biarnés, fotoperiodista o mujer fotoperiodista | Inés de Hueso
Por Inés de Hueso - julio 15, 2018
"Yo siempre quise que me pusieran fotógrafo (refiriéndose a la credencial) más que fotógrafa. Yo quise invadir el terreno fotógrafo". - Juanita Biarnés
Hasta bien entrado el siglo XIX, la historia de la fotografía se había configurado para las mujeres como un escaparate en el que ser musas y magas inspiradoras. Su único trabajo en el campo de la fotografía se había relegado a labores domésticas dentro del ámbito laboral, como la organización de los talleres fotográficos, ayudantes en las sesiones fotográficas o en excepcionales casos, ayudando en el proceso de revelado de las fotografías.
Si bien
como musas no habían tenido ningún papel activo en la obra de arte, no mucho lo
tenían detrás, donde figuraban dentro de la autoría como "fotógrafo con
apellido y sra.", muchas de estas llegando a recibir esta acepción
después de la defunción del marido. Existen muy pocas excepciones de este fenómeno, como el caso de Marisa Flórez, a la que no nos refereriremos ahora específicamente.
Juana
Biarnés vive en el "entorno fotográfico", aunque esta vez sin
necesidad de tener un apelativo misógino en su mentalidad, siendo aprendiz de
su padre sin tener exactamente voluntad de fotógrafa. Esa voluntad paterna de
la integración en el mundo de la fotografía como herencia familiar crea un
pequeño cambio que en el caso de Juana vendrá por un verdadero compromiso
profesional para con su padre.
El documental "Una entre todos" muestra la biografía de Juana Biarnés haciendo un recorrido cronológico de su trabajo fotográfico, pero también como muestra de sus hándicaps dentro del periodismo en un momento en que la mujer solamente era vista como algo inherente al ámbito familiar.
Juan Biarnés
i Jornet, fotógrafo deportivo de Terrasa y también padre Juana, cree en su
potencial y siempre la motivará para seguir sus pasos, fotoperiodista, en su
caso, en el ámbito deportivo. Ella misma cuenta su primera gran incursión en la
fotografía como soporte de su padre para el descubrimiento de unos alpinistas y más adelante convertida en un
soporte muy grande del trabajo de éste, cubriendo la fotografía
deportiva. A pesar de graduarse exitosamente en la Escuela de Periodismo
de Barcelona, se encontró las puertas cerradas al trabajo por ser mujer. Ella
no desistió, y durante toda su carrera fotográfica se dedicó no solamente a su
trabajo, sino a allanar terreno para las fotoperiodistas que vendrían después.
“─¿Usted sabe dónde se quiere meter?─Yo sí, quiero ser fotógrafo de prensa.─Niña, esto es un trabajo de hombresY aquí se acababa el diálogo” ─ Juana Biarnés (Una entre todos)
Fuera o no
un trabajo de hombres, Juana logró grandes muestras fotográficas y periodísticas,
como cuando cubrió la inundación de Tarrasa en 1962 en conjunto con su padre o toda
una crónica de los famosos de los años 60 y 70, por donde abrió una gran
ventana que arrojó luz no solo de las venturas y desventuras de estos famosos,
sino de acontecimientos que atañían a la Historia de España, en un momento donde
el periodismo desenfadado todavía estaba por aparecer.
En ese
sentido, una de sus más importantes facetas la lleva a cabo a partir de 1963,
año en el que empezó a trabajar para Pueblo, uno de los periódicos más
importantes del régimen, bien por su pluralidad de opiniones o por su actitud
desenfadada, y en el que Juana se mantuvo como única “mujer fotógrafo” hasta
1967. Ella misma relata como tuvo que trabajar su presencia en los lugares de
prensa, hasta tal punto de ser increpada constantemente por los grises en los
momentos en que tenía que acudir al Congreso, no dejándole entrar en las Cortes
y mofándose de ella.
Haciendo uso
de su gran inteligencia, Juana logró aprovechar esa desventaja de no ser tomada
en serio dentro de su ámbito de trabajo para tornarse camaleónica, dando como
resultado grandes y astutos reportajes, que le acercaron de forma nada frívola
a los personajes de esa época, entre los que podemos destacar la Duquesa de
Alba, Lola Flores, Dalí, o incluso llegar a acompañar a Massiel a elegir vestuario
para Eurovisión. Pero también con reportajes sobre Roman Polanski, Los Beatles,
Serrat o un trabajo que se expandiría más allá del tiempo trabajado en Pueblo, siendo
una persona cercana a Raphael, encargada de muchas portadas de sus álbumes.
A lo largo
de su vida, Juana experimentó con la fotografía artística, deportiva (se le
daba bien retratar escenas de fútbol), social, retrato o de moda. Hacia el
final de su carrera llegó a montar su propia agencia fotográfica, SincroPress,
aunque hay quienes desde tiempo atrás ya habían considerado a Juana como una mujer
agencia, que podía abarcar el trabajo de toda ella. Se conoce que este abarca
unas 50.000 fotógrafías en lo que se refiere a sus tres décadas de trabajo.
Con el retorno
de la prensa amarilla, Juana Biarnés empezó a alejarse del periodismo para
dedicarse a la cocina, una etapa de su vida a la que dedicó enteramente la
pasión con la que había vivido la fotografía, llegando por momentos a olvidar
un empleo que tanto había significado para ella y para la sociedad española. Y
aún pasó un tiempo hasta que ella consiguiera recordar quién había sido,
trabajo que ha sido expuesto incorporándola también a las apariciones públicas
en seminarios como el de Fotografía de Albarracín.
Su trabajo
ha integrado una parte de la investigación que ha llevado a cabo Mónica
Carabias de la Escuela de Fotografía LENS.
Además de
condecoraciones tales como la Cruz de Sant Jordi a su trabajo, el festival
PHotoEspaña le dedicó un libro monográfico y una exposición de su trabajo
fotográfico en Zaragoza ("Juana Biarnés. A contracorriente")
comisariada por Chema Conesa en el año 2017. Su trabajo formó parte también de
la exposición "Fotografes pioneres a Catalunya" organizada por el
Instituto Català de les Dones, que supuso un precedente en lo que a la
representación de la mujer fotógrafa se refiere.
Fuentes:
Documental: Una entre todos (RTVE y TV3)
https://amp.elmundo.es/papel/historias/2017/12/04/5a2173e1e2704e1b7f8b468a.html
https://amp.elmundo.es/papel/historias/2017/12/04/5a2173e1e2704e1b7f8b468a.html
Inés de Hueso nació el 28 de marzo de 1998 en Cuenca. Actualmente vive en Toledo, aunque recientemente estudiaba Historia del Arte en la Universidad de Salamanca. Escribe desde que tiene uso de razón, y empezó a interesarse por la Historia del Arte cuando comenzó el Bachillerato de Humanidades. Escribe sobre el tema en "Arte en los huesos", y aquí, para dar una perspectiva feminista del panorama artístico.
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