La importancia de Remedios Varo no es solo una cuestión de
biografía; la trascendencia que ha tenido no abarca tan solo la pintura
mexicana, sino el surrealismo y el camino de emancipación de la mujer como
artista.
Fue una de las primeras mujeres en
estudiar dentro de la Academia de Bellas Artes San Fernando, donde coincidió
con personajes como la pintora Maruja Mallo o Dalí, además de conocer al círculo
de la Residencia de Estudiantes. Aun con sus aportaciones al surrealismo, ni
siquiera figuraba entre las listas oficiales de este movimiento. Pero eso no
quiere decir que no perteneciera a él. La Historia del Arte trata ahora de
recomponer sus pedazos.
Remedios Varo (María
de los Remedios Alicia Rodriga Varo y Uranga) (16/12/1908 -8/9/1963) España> Francia>
México. Movimientos encuadrados: surrealismo, logicofobismo, pintura metafísica
Remedios representa al exilio. El exilio político
por la Guerra Civil, por la Guerra Mundial y también de sus expectativas como
mujer. La mujer musa y la mujer objeto de deseo por la mujer artista, la mujer
creadora y la mujer libre. Prolífica desde niña, en parte por la comodidad que
le brindaba la aristocracia y en parte por las lecciones de costura de su
abuela y de dibujo técnico que le daba su padre, ingeniero hidráulico, que la
llevaba por los museos y le dejaba sus libros sobre ingeniería y sus
conocimientos de la perspectiva, las matemáticas y el dibujo técnico. También
vio influencias en obras de pintores como Goya, El Bosco, o en los naipes
usados para el tarot.
Eso nos da como resultado, obras con una gran
cantidad de trabajo y maestría, de texturas y con grandes detalles, luminosas y
vivas, que recuerdan mucho a las miniaturas medievales.
Su vida aparece reflejada en obras con personajes
oníricos, muchas veces con un género poco definido, pero que siempre aluden,
dentro de un mundo de ensueño a marcas de su vida, como fueron el paso por un
colegio católico, sus primeros amores, sus inquietudes como mujer o el exilio.
Todos estos personajes repiten muchas veces un esquema físico; la cara en forma
de corazón, los ojos almendrados, la nariz larga y afilada con una melena llena
de pelo, que son en realidad una repetición constante de autorretratos.
Varo, decía al respecto: “No quiero hablar de mí porque tengo
arraigada la creencia que lo importante es la obra y no la persona”.
En ese aspecto, supo crear un mundo
que hizo propio, en el que su interés por la filosofía, las ciencias y la
alquimia, además de las creencias trascendentales crearon, dentro de los
sueños, un agujero por el que entraba el sentido racional, y que combinado con
sus conocimientos técnicos dio como resultado una obra de gran calidad, extensa
sobre todo en la década de los 50 y 60, al establecerse en México después de
haber sido rescatada de un campo de concentración en 1941 por el Comité para
Rescates de Emergencia.
Sus propias obras nos permiten
hacer una cronología de los acontecimientos más importantes de su vida y de sus
grandes anhelos, así como de su modo de vida en cada momento. Porque no
solamente pintó obras, sino que hizo dibujos, diseñó trajes para
representaciones teatrales, diseñó carteles publicitarios e incluso colaboró en
sus reuniones con artistas surrealistas para hacer la tipología del “cadáver
exquisito”.
Su etapa más prolífica se dio en México, donde
pasó gran parte de su vida hasta su muerte, y de la que fue naturalizada. Allí
pintó gran parte de las obras más conocidas y se ganó el nombre de pintora,
pese a toda su carrera previa como artista. Conoció a artistas como Frida Kahlo
o Diego Rivera, y encontró grandes amistades como la de Leonora Carrington, que
admitió que la presencia de Remedios le había cambiado la vida. Es curioso que Frida Kahlo, quien no
conocemos que directamente lo hiciera, pero cuyas suposiciones son más que
fundamentadas, pasara algún tiempo con Remedios y no sacara su nombre a
relucir.
He querido destacar unas obras
concretas que pueden ilustrar visualmente los temas en los que, consciente o
inconscientemente, Remedios Varo retrató el exilio y a sí misma, como uno de
sus experimentos de alquimia.
“Simpatía” 1955. También
llamado “La rabia del gato”. Remedios Varo representa la relación entre las
mujeres y los gatos. También usa una estructura común en sus cuadros, donde
introduce temas complejos en situaciones cotidianas.
Remedios Varo, además,
siempre se rodeó de gatos y según recuerda su sobrina, solía cogerlos de la
calle y alimentarlos.
Con respecto al cuadro,
Varo explica:
“El gato de la señora
salta sobre la mesa produciendo los desórdenes que es costumbre tolerar si uno
quiere a los gatos (como me pasa a mí). Al acariciarlo brotan tantas chispas
que forman todo ese artilugio eléctrico complicado, algunas chispas y
electricidad. Van a la cabeza de ella y son aprovechadas para hacer rápidamente
una ondulación permanente”.
El tríptico compuesto por
“Hacia la torre”, “Bordando el manto” y “La huida”, pintado en 1960 es
especialmente interesante porque cuenta de forma cronológica episodios de su
vida estudiando en un colegio católico, una etapa que sin duda la marcaría.
Seguía por entonces la tradición religiosa de su madre y por otro lado, era el
lugar destinado a las jóvenes para prepararlas en vida matrimonial,
enseñándoles las labores como la costura. La representación de alumnas
encerradas en torres es muy común, aludiendo a la soledad, criticando el
puritanismo y el arcaísmo de las instituciones educativas españolas, y que
termina con la huida de Remedios de la escuela, enamorada de un joven Gerardo
Lizarraga, que la llevó a la Escuela de Bellas Artes de San Fernando.
Un último cuadro,
“Ruptura”, pintado anteriormente, en 1955, cerraría el ciclo de su vida en el
que deja atrás el colegio católico. Pero no solamente deja atrás un colegio,
sino también a la mujer española, la mujer atada a las normas de la rectitud,
para tomar la iniciativa e incorporarse activamente al mundo del arte, al que
quería pertenecer, y que la verá florecer en el exilio como una artista de la
que hoy se está recuperando el reconocimiento que no consiguió lograr en su
momento, para recolocarla, junto a otras de sus compañeras, en el espacio que
se merece.
“La liminalidad en la obra pictórica y poética de Varo responde a
una necesidad de crear un espacio nuevo para el sujeto femenino, un espacio
contestatario que rompe con la tradicional dualidad objeto/sujeto para
presentarse como entidad fluctuante y plurivalente”
Enlaces de interés:
“Viajes inesperados: El arte y la vida de Remedios Varo”. Janet A.
Kaplan
Programa “Imprescindibles” de TVE: Remedios Varo
Inés de Hueso nació el 28 de marzo de 1998 en Cuenca. Actualmente vive en Toledo, aunque recientemente estudiaba Historia del Arte en la Universidad de Salamanca. Escribe desde que tiene uso de razón, y empezó a interesarse por la Historia del Arte cuando comenzó el Bachillerato de Humanidades. Escribe sobre el tema en "Arte en los huesos", y aquí, para dar una perspectiva feminista del panorama artístico.