Remedios Varo: los exilios | Inés de Hueso

Por Editorial - abril 20, 2018



La importancia de Remedios Varo no es solo una cuestión de biografía; la trascendencia que ha tenido no abarca tan solo la pintura mexicana, sino el surrealismo y el camino de emancipación de la mujer como artista.
Fue una de las primeras mujeres en estudiar dentro de la Academia de Bellas Artes San Fernando, donde coincidió con personajes como la pintora Maruja Mallo o Dalí, además de conocer al círculo de la Residencia de Estudiantes. Aun con sus aportaciones al surrealismo, ni siquiera figuraba entre las listas oficiales de este movimiento. Pero eso no quiere decir que no perteneciera a él. La Historia del Arte trata ahora de recomponer sus pedazos.
Remedios Varo (María de los Remedios Alicia Rodriga Varo y Uranga) (16/12/1908 -8/9/1963) España> Francia> México. Movimientos encuadrados: surrealismo, logicofobismo, pintura metafísica
Remedios representa al exilio. El exilio político por la Guerra Civil, por la Guerra Mundial y también de sus expectativas como mujer. La mujer musa y la mujer objeto de deseo por la mujer artista, la mujer creadora y la mujer libre. Prolífica desde niña, en parte por la comodidad que le brindaba la aristocracia y en parte por las lecciones de costura de su abuela y de dibujo técnico que le daba su padre, ingeniero hidráulico, que la llevaba por los museos y le dejaba sus libros sobre ingeniería y sus conocimientos de la perspectiva, las matemáticas y el dibujo técnico. También vio influencias en obras de pintores como Goya, El Bosco, o en los naipes usados para el tarot.
Eso nos da como resultado, obras con una gran cantidad de trabajo y maestría, de texturas y con grandes detalles, luminosas y vivas, que recuerdan mucho a las miniaturas medievales.
Su vida aparece reflejada en obras con personajes oníricos, muchas veces con un género poco definido, pero que siempre aluden, dentro de un mundo de ensueño a marcas de su vida, como fueron el paso por un colegio católico, sus primeros amores, sus inquietudes como mujer o el exilio. Todos estos personajes repiten muchas veces un esquema físico; la cara en forma de corazón, los ojos almendrados, la nariz larga y afilada con una melena llena de pelo, que son en realidad una repetición constante de autorretratos.
Varo, decía al respecto: “No quiero hablar de mí porque tengo arraigada la creencia que lo importante es la obra y no la persona”.
En ese aspecto, supo crear un mundo que hizo propio, en el que su interés por la filosofía, las ciencias y la alquimia, además de las creencias trascendentales crearon, dentro de los sueños, un agujero por el que entraba el sentido racional, y que combinado con sus conocimientos técnicos dio como resultado una obra de gran calidad, extensa sobre todo en la década de los 50 y 60, al establecerse en México después de haber sido rescatada de un campo de concentración en 1941 por el Comité para Rescates de Emergencia.
Sus propias obras nos permiten hacer una cronología de los acontecimientos más importantes de su vida y de sus grandes anhelos, así como de su modo de vida en cada momento. Porque no solamente pintó obras, sino que hizo dibujos, diseñó trajes para representaciones teatrales, diseñó carteles publicitarios e incluso colaboró en sus reuniones con artistas surrealistas para hacer la tipología del “cadáver exquisito”.
 Su etapa más prolífica se dio en México, donde pasó gran parte de su vida hasta su muerte, y de la que fue naturalizada. Allí pintó gran parte de las obras más conocidas y se ganó el nombre de pintora, pese a toda su carrera previa como artista. Conoció a artistas como Frida Kahlo o Diego Rivera, y encontró grandes amistades como la de Leonora Carrington, que admitió que la presencia de Remedios le había cambiado la vida. Es curioso que Frida Kahlo, quien no conocemos que directamente lo hiciera, pero cuyas suposiciones son más que fundamentadas, pasara algún tiempo con Remedios y no sacara su nombre a relucir.
He querido destacar unas obras concretas que pueden ilustrar visualmente los temas en los que, consciente o inconscientemente, Remedios Varo retrató el exilio y a sí misma, como uno de sus experimentos de alquimia.




“Simpatía” 1955. También llamado “La rabia del gato”. Remedios Varo representa la relación entre las mujeres y los gatos. También usa una estructura común en sus cuadros, donde introduce temas complejos en situaciones cotidianas.
Remedios Varo, además, siempre se rodeó de gatos y según recuerda su sobrina, solía cogerlos de la calle y alimentarlos.
Con respecto al cuadro, Varo explica:
“El gato de la señora salta sobre la mesa produciendo los desórdenes que es costumbre tolerar si uno quiere a los gatos (como me pasa a mí). Al acariciarlo brotan tantas chispas que forman todo ese artilugio eléctrico complicado, algunas chispas y electricidad. Van a la cabeza de ella y son aprovechadas para hacer rápidamente una ondulación permanente”.


El tríptico compuesto por “Hacia la torre”, “Bordando el manto” y “La huida”, pintado en 1960 es especialmente interesante porque cuenta de forma cronológica episodios de su vida estudiando en un colegio católico, una etapa que sin duda la marcaría. Seguía por entonces la tradición religiosa de su madre y por otro lado, era el lugar destinado a las jóvenes para prepararlas en vida matrimonial, enseñándoles las labores como la costura. La representación de alumnas encerradas en torres es muy común, aludiendo a la soledad, criticando el puritanismo y el arcaísmo de las instituciones educativas españolas, y que termina con la huida de Remedios de la escuela, enamorada de un joven Gerardo Lizarraga, que la llevó a la Escuela de Bellas Artes de San Fernando.


Un último cuadro, “Ruptura”, pintado anteriormente, en 1955, cerraría el ciclo de su vida en el que deja atrás el colegio católico. Pero no solamente deja atrás un colegio, sino también a la mujer española, la mujer atada a las normas de la rectitud, para tomar la iniciativa e incorporarse activamente al mundo del arte, al que quería pertenecer, y que la verá florecer en el exilio como una artista de la que hoy se está recuperando el reconocimiento que no consiguió lograr en su momento, para recolocarla, junto a otras de sus compañeras, en el espacio que se merece.

“La liminalidad en la obra pictórica y poética de Varo responde a una necesidad de crear un espacio nuevo para el sujeto femenino, un espacio contestatario que rompe con la tradicional dualidad objeto/sujeto para presentarse como entidad fluctuante y plurivalente”

Enlaces de interés:
“Viajes inesperados: El arte y la vida de Remedios Varo”. Janet A. Kaplan
Programa “Imprescindibles” de TVE: Remedios Varo



Inés de Hueso nació el 28 de marzo de 1998 en Cuenca. Actualmente vive en Toledo, aunque recientemente estudiaba Historia del Arte en la Universidad de Salamanca. Escribe desde que tiene uso de razón, y empezó a interesarse por la Historia del Arte cuando comenzó el Bachillerato de Humanidades. Escribe sobre el tema en "Arte en los huesos", y aquí, para dar una perspectiva feminista del panorama artístico.

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